lunes, 8 de agosto de 2011

QHAPAQ ÑAN


Soy de la opinión que los viajes de aventuras deben realizarse mientras se es joven, porque después no siempre es posible. De igual manera, soy una ferviente defensora de la libertad individual, por lo que cuando mi hija me comunicó que iba a repetir - ampliado- el Camino Inca, no me sorprendió en absoluto. Hace unos pocos años ya hizo el recorrido hasta Choquequirao y, aunque regresó con los pies deshechos, fue una experiencia digna de tanto dolor. En esta oportunidad, la ruta se iniciaría en San Pedro de Cachora, Abancay, para caminar hasta Choquequirao y continuar hasta Machu Picchu. Aún estando yo advertida que tendría el celular apagado durante cinco días, la idea de ese aislamiento en la soledad de la cordillera crea una sensación de angustia desmesurada en quien espera una respuesta del otro lado de la línea, con mayor razón cuando los hijos se encuentran lejos y en un entorno geográfico hasta hostil. Previas comunicaciones con amistades de Cusco y Lima, finalmente, luego de seis y medio días, hubo contacto. Todo estaba bien. Gracias a la señal de telefonía celular en Santa Teresa, Cusco, todo volvía a la normalidad...
En el enlace se ve el territorio desde el satélite. Gracias, Google. Imperdible...

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