lunes, 26 de septiembre de 2011

FUTBOL

El fútbol es un deporte que atrae multitudes de hinchas y simpatizantes, además de ser un negocio muy lucrativo, sino pregúntele a la FIFA, pero la pasión de los aficionados debe tener un límite. La irracionalidad de los desadaptados y antropoides que acuden a los estadios a insultar y agredir al contrincante, debe ser cortada de manera radical y aleccionadora, ¿para qué están las leyes? La tragedia ocurrida en el estadio Monumental, no tiene justificación alguna y los responsables materiales del execrable crimen de Walter Oyarce deben asumir las consecuencias de sus actos. De igual manera, esperamos responsables entre las autoridades del club, policiales y municipales que, por el momento, vienen lavándose las manos con total descaro. Increíble esa falta de sensibilidad. Por lo visto la palabra prevención no existe en el vocabulario de estas personas. Nuestras condolencias a la familia de este joven que tuvo la mala suerte de acudir a un clásico del que no saldría vivo…

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