Leo los comentarios que suscita en algunos ciudadanos chilenos la presentación de la dúplica de su país ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya -en respuesta a la situación planteada por el estado peruano sobre la frontera marítima- y solo me queda guardar un tóxico silencio. ¡Qué nivel! Somos un pueblo pacífico y lo que nos sobra son recursos de todo tipo. No somos ningún paisucho y no padecemos del peor de los defectos, que es la envidia. Entonces, a esperar tranquilos que el suelo está parejo...
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