Los alumnos nativos digitales tienen una dieta digital (Piscitelli) muy diferente a las bibliotecas e instituciones educativas. Se percibe una distorsión entre lo que esos jóvenes hacen con la tecnología digital en su vida cotidiana con respecto al acceso a la información y la tecnología de las bibliotecas y bibliotecarios de instituciones educativas tradicionales. Las bibliotecas todavía se construyen basadas en el concepto acotado tradicional, que impera en la mayoría de los usuarios, la idea de un lugar donde se almacenan o guardan libros. En la Wikipedia, se propone una definición más amplia de la biblioteca, al referirse tanto a las “colecciones bibliográficas y audiovisuales como a las instituciones que las crean y las ponen en servicio para satisfacer las necesidades de los usuarios.”[1]
El concepto tradicional de la biblioteca de
instituciones educativas dice que es aquella que contiene una colección organizada y centralizada de los materiales
informativos que necesita un centro educativo para desarrollar su tarea
docente, cuyo responsable es el personal cualificado, y sus actividades
deberían integrarse en los proyectos pedagógicos del centro. En esta no se hace
referencia a los espacios digitales en los cuales puede desarrollar sus
servicios en la actualidad a través de la Web 2.0.
Será que el “libro de texto” y los
materiales impresos siguen siendo las fuentes de información principales
que se
encuentran. Mientras tanto, los alumnos al ser los principales usuarios
de las
bibliotecas tienen como medio de comunicación preferido a Internet en
general, las redes sociales, los dispositivos móviles en sus
prácticas socioculturales habituales.
Nicholas Carr (2010)
describe que “con mucha frecuencia las políticas escolares que prohíben
celulares, correo electrónico o sitios de redes sociales en las escuelas, están
nadando contra una corriente muy poderosa”. La realidad de las aulas y las
bibliotecas dista muchísimo a lo que propone una educación 2.0. Según Aparici
(2010), la educación 2.0 presenta una “filosofía y una práctica de la
educación y de la comunicación basada en el diálogo y en la participación que
no requiere sólo de tecnologías,
sino de un cambio de actitudes y de
concepciones”.
En estos nuevos entornos de aprendizaje digital,
ya no basta formar usuarios básicamente en alfabetización informacional
(que son necesarios) sino la propuesta es ir más allá, y proponer una
serie de actitudes y
concepciones comunicativas del bibliotecario para orientar la biblioteca
en los
entornos digitales virtuales abiertas al conocimiento, al aprendizaje en
línea a través de redes sociales, formando a los usuarios a
desenvolverse en entornos personales de aprendizaje, conectivos,
colaborativos y en la
Web Social.
- Aparici, R. (2010). Conectados en el Ciberespacio. Madrid: UNED
- Piscitelli, A.; Adaime, I.; Binder, I. (comps.) (2010). El proyecto facebook y la posuniversidad: sistemas operativos sociales y entornos abiertos de aprendizaje. Buenos Aires: Ariel.
- http://networkedblogs.com/Ts6i9
Felicitaciones amigos!!
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