León Trahtemberg
De sentido común¿Es necesario calificar y poner notas?
En
la mayoría de los centros de educación inicial se evalúa a los alumnos
de manera cualitativa y descriptiva. Eso se hace poco en primaria y
menos aún en secundaria, vencidos por la tendencia de tipificar el
desempeño de los alumnos con letras o números que inevitablemente son
fuente de comparación entre ellos. Esto, por exigencia del Ministerio de
Educación que pide que los alumnos sean calificados con letras en
primaria y números en secundaria, pero también por convicción y
comodidad de la mayoría de los profesores, que sienten que con esas
letras o números comunican lo necesario para dar a entender cómo se
están desempeñando los alumnos en el colegio.
Las pruebas y notas crean la sensación volátil de precisión, convirtiendo la educación en algo que se puede medir y comparar. Pero los educadores debemos preguntarnos si acaso el valor de una persona depende de una nota y de compararla con otras basados en indicadores cuantificables.
Artículo publicado en el diario Correo de la fecha. Un tema que nos concierne directamente y que vale tener en consideración.
Es
curioso que los padres de los niños de educación inicial, que no
reciben notas, reciben una información más amplia, comprehensiva,
descriptiva e ilustrativa sobre la situación de sus hijos que la que
reciben aquellos a los que se les dice "tu hijo tiene B", o "tu hijo
tiene 16". Qué preferiría un padre de familia, e inclusive su hijo: que
su profesor le diga "tienes B" o "te sacaste 20" o que le diga "Miguel
es un alumno dedicado, perseverante, emprende con entusiasmo las
actividades que se plantean en la clase. Tiene alto nivel conceptual,
pero tiene que aprender a tomarse un tiempo para pensar un problema
antes de intentar una respuesta impulsiva, y también tiene que ir
aceptando que no siempre puede ser el líder del grupo. Admiramos su
elevado sentido artístico".
En los hechos, el sistema de
exámenes y notas alivia al profesor la necesidad de conocer
individualmente a cada alumno y comunicar lo que sabe de él a los
padres. Las notas permiten despersonalizar al alumno y convertirlo en un
individuo que vale y es comparable con otros, en función del puntaje
que obtiene en una prueba idéntica para todos. Las pruebas y notas crean la sensación volátil de precisión, convirtiendo la educación en algo que se puede medir y comparar. Pero los educadores debemos preguntarnos si acaso el valor de una persona depende de una nota y de compararla con otras basados en indicadores cuantificables.
Artículo publicado en el diario Correo de la fecha. Un tema que nos concierne directamente y que vale tener en consideración.
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