Recomiendo con entusiasmo escuchar el discurso de agradecimiento de esta formidable artista, quien mediante su interpretación de la canción elegida es capaz de demostrarnos que tiene talento de sobra y, además, me encanta su actitud. ¡Grande, Isol!
Aquí el discurso en español:
Su Alteza Real, señoras y señores,
queridos amigos (sé que no conozco a todos aquí, pero si aman los libros, los
considero bastante amigos míos):
Me siento tan honrada de estar aquí,
recibiendo este inmenso regalo. En mi tosco inglés, quiero agradecer a todos
los miembros del Jurado por darle tanto valor a mi trabajo, por prestarle atención
aún siendo de un país tan lejano, por hacerlo conocer, ¡por disfrutarlo!.
Estoy feliz porque este premio pone
relieve a los que pensamos la ilustración como un lenguaje profundo y rico, con
voz propia. En los libros ilustrados podemos contar muchísimas cosas a través
de colores, líneas y formas, y eso, a su vez, deja al texto respirar con otra
libertad. Lamentablemente, cuando crecemos, perdemos contacto con la
expresión plástica, mientras que de niños todos somos expertos en la materia.
No pienso que deba limitar mi
imaginación porque es un libro para niños ¡al contrario! ¿qué lector es más
exigente que un niño? Con todo lo que tienen para descubrir, más bien tengo que
estar a la altura de esa increíble curiosidad. A mí me inspira lo salvaje, lo ridículo,
lo contracultural que tienen los niños. Ellos están fuera de las
convenciones, se la pasan preguntándose acerca de todo, es por eso que los
elijo como mis personajes principales. Los puntos de vista del artista y
el niño tienen muchos aspectos en común. Una vez oí que un artista es un
niño que ha sobrevivido.
No me gustan los libros que me dicen
lo que tengo que pensar, y creo que no es respetuoso del otro cerrar la lectura
en un solo significado.
Lo que es realmente inspirador es
sentir que uno descubre algo propio a través de una obra pensada por otra
persona. Eso me pasa con los libros que más amo: aquellos que me compartieron
su poder.
Este momento es muy emocionante
porque puedo sentir que mis libros llegaron hacia ustedes y fueron disfrutados
de esta forma, fueron queridos. Siento que detrás de este premio hay mucho
amor: por los libros, por los niños y adultos, por el arte y la vida. Ese mismo
amor que Astrid Lindgren mostró, ese mismo coraje. Si somos sinceros, los
autores exponemos la propia piel en cada libro, preparamos la casa para una
fiesta. Y abrimos la puerta esperando que venga a visitarnos el lector y le
guste lo que preparamos. Y si hay suerte, surge esa relación gozosa que no se
puede predecir, que es tan real como intangible.
Pero ustedes, con este fabuloso
premio, la hacen visible. Ustedes promueven y valoran esta impredecible
relación para que siga floreciendo. Ustedes sostienen que hacer libros para
niños tiene mucho valor. ¡Tanto que incluso merecemos obtener dinero por nuestro
trabajo! En un mundo tan dominado por otros valores de lo que es exitoso o
competitivo en el mercado, el ALMA es una decisión fuerte y
trascendente. No parece una mera coincidencia que ALMA (Astrid Lindgren
Memorial Award) en español signifique ALMA (“soul”).
Estar acá, viviendo este sueño que
yo pensaba tan improbable, me hace pensar en una canción que a veces canto y se
llama Youkali, es de Kurt Weill y habla de una isla al borde del mundo donde
los deseos se hacen realidad, donde los amores se recuperan, donde vive la
esperanza, el ansia de la humanidad. La canción al final dice que Youkali es
una fantasía… pero los que amamos la literatura sabemos que a veces ciertas
fantasías nos llevan a descubrir grandes realidades. Y los libros son muy
buenos barcos para llegar a lugares como esa isla, que hoy pienso debe ser
bastante parecida a Estocolmo en primavera.
¡Muchas gracias, desde mi alma!
ISol
¡Muchas gracias, desde mi alma!
ISol
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario